Lo neuro-pedagógico para el desarrollo de las habilidades artísticas

Abordar las experiencias de aprendizaje en las clases de artes plásticas, danza y música resultan enriquecedoras en la medida en que se contemplan los escenarios de presentación sonoro, performativo y visual en la que los estudiantes, en compañía de los docentes, construyen de manera colectiva situaciones creativas y de goce que destacan diversos talentos que se proyectan a futuras profesiones. No obstante, desde las clases de artes los docentes tenemos en cuenta que cada estudiante es único y cuenta con características particulares, porque cada uno tiene un estilo de aprendizaje y así como este difiere según el caso, de la misma manera lo hace el estilo de enseñar del docente. Esto quiere decir que, como docentes trabajamos en pro de desarrollar las habilidades y potenciales que cada estudiante posee. (Ibarrola 2014)

Cada presentación en danzas, música y/o plástico/visual es una muestra de procesos que se tejen a largo plazo los cuales se exhiben en unos cuantos minutos o horas de exposición. Entre risas, dudas y exigencias que potencien habilidades que los estudiantes encaminan a proyectos personales y culturales. En efecto, las clases de artes más que enfocarse a aspectos meramente lúdicos se articulan y consolidan en valores culturales. Además, se abordan parámetros neuro pedagógicos.

En un contexto complejo y exigente como lo es la educación el reto está en saber adoptar una postura flexible, acorde con las prácticas artísticas y las derivas culturas contemporáneas. Una mirada que no pierda de vista la contingencia de cada situación y de los sujetos que la protagonizan estudiantes, profesores y acudientes. En palabras de Aguirre:

       En este contexto, […] Cuando apenas hemos llegado a asimilar los últimos cambios, la inercia cultural y las rápidas transformaciones sociales y tecnológicas nos colocan de nuevo en la encrucijada de adecuar nuestras propuestas pedagógicas a las nuevas formas de configurarse las artes y la cultura, a las nuevas visiones del currículo y a las nuevas funciones que nuestra sociedad asigna a la educación. (2015, pág. 5)

En otras palabras, cada presentación posibilita la comprensión, recreación y reflexión del entorno cultural. En este marco de posibilidades las artes generan representación y presentación de diversos talentos y conocimientos sensibles. En consecuencia, es un camino hacia múltiples narrativas, que permiten la riqueza expresiva en procesos sonoros, performativos y visuales, que se alojan en los sentidos y se convierten en un medio para narrar y crear; en efecto, la educación artística diversifica la realidad desde la interpretación individual y colectiva en el constructo cultural; por esta razón, contribuye a la gestación de subjetividades que emergen de procesos de auto representación al tomar como referente las experiencias de la cultura propia. (Suárez, 2021)

Del mismo modo, desarrollar en los estudiantes esta capacidad de interpretar y apropiar narrativas, requiere del docente la capacidad de guiarlos en una experiencia de aprendizaje que conlleve a la interiorización de los conocimientos técnicos, contextos y conceptos culturales, sociales, históricos o incluso filosóficos, que con frecuencia se abordan desde las artes.

Esto conlleva una seria de interrogantes sobre el proceso de enseñanza de las artes, tales como: ¿cómo maximizar el aprendizaje de los estudiantes? O ¿Cómo trabajar en dificultades particulares? Sobre esto el autor Begoña Ibarrola afirma:

    Afortunadamente, los descubrimientos aportados por la investigación cerebral sobre las emociones y el aprendizaje permiten vislumbrar una nueva época donde el aprendizaje sea individualizado y esté basado en los conocimientos profundos sobre el particular proceso de adquisición de información y su posterior aplicación a cualquier campo donde sea preciso. (2014, pág. 16)

Las investigaciones mencionadas por Ibarrola arrojan luces sobre el funcionamiento del cerebro en pro diseñar una clase de artes con sustento neuro pedagógico.

Allí se afirma como las neuronas se comunican entre sí a gran velocidad a través de señales eléctricas y sustancias químicas, este último recibe el nombre de sinapsis que se lleva a cabo mediante la liberación de neurotransmisores que incentivar o inhiben los procesos cognitivos de un estudiante. (Morón 2021)

La importancia de los neurotransmisores en los procesos de aprendizajes de las Artes cumple un papel fundamental, pues la falencia de algunos de estos puede dar explicación a ciertas dificultades que pueda presentar un estudiante. Una de tantas es la falta de memoria y la poca concentración al momento de realizar un performance en danza, artes o música, es común que el alumno no recuerde la secuencia de acordes, la coreografía o la secuencia técnica para configurar una imagen y esto se debe a bajos niveles del neurotransmisor acetilcolina el cual, regula la capacidad de retener información y almacenarla. Esta falencia puede generar problemas de aprendizaje.

Otro de los más importantes neurotransmisores que un docente de artes debe tener presente es la Dopamina, pues favorece la búsqueda del placer y dispara el estado de alerta en un estudiante. La falta de dopamina en una clase genera desmotivación, hiperactividad, depresión e indecisión. (Ibarrola 2014)

Por esta razón, como docentes tratamos de generar una conexión emocional en los estudiantes en las clases, dado que dispara la producción de dopamina, lo que incentiva el buen humor, el espíritu de iniciativa y la motivación, elementos fundamentales para generan un aprendizaje satisfactorio desarrollando el espíritu crítico e interpretativo tan necesario en la riqueza expresiva de los contextos socio-culturales de los estudiantes.

De este modo, las clases de artes en el colegio Franciscano del Virrey propenden e incentivan a los estudiantes a desarrollar habilidades que le permiten reconocerse en virtud de sus preferencias artísticas. Además, se propician escenarios de trabajo colaborativo que se proyectan en la construcción de una comunidad de paz y bien, tomando en consideración las fortalezas particulares de cada estudiante.