La problemática en Colombia de mantener una educación tradicional y no innovar en la forma de educar a nuestros niños y jóvenes, para permitirles potencializar todas sus habilidades y talentos.

En un mundo globalizado como en el que vivimos, la educación integral basada en valores y principios es fundamental para los niños. Es necesario buscar instituciones que potencien las habilidades físicas, psicomotoras, cognitivas, espirituales, socioemocionales y lingüísticas de todos y cada uno de ellos, para que puedan desarrollarse o crecer asertivamente en la parte personal, social, laboral y cultural.

Lo que necesita Colombia es reformar la educación tradicional y volverla de carácter vivencial u experiencial; es decir, que los niños a través de la práctica, las vivencias adquiridas en cada clase, potencien sus propias capacidades para que cada uno encuentre su propósito vital y desarrolle su propia opinión de pensamiento crítico, sin dejar aún lado sus bases primordiales en valores y principios pues; de esta manera podrán aportar valor y criterio propio a una sociedad que se conforma con creer en lo que día a día ve, simplemente a través de los medios de comunicación, pero que no se preocupa por investigar o conocer la problemática que vive Colombia en distintos sectores socioeconómicos.

¿Es necesario seguir educando jóvenes conformistas, que no se preocupen por el país en el que se encuentran y que piensen que la única solución es emigrar a otros países para tener calidad de vida? … ¿Y qué tal, sí existe una institución educativa que comprende la problemática existente y cambia su forma de impartir educación?

Es por ello que, en el Colegio Franciscano del Virrey Solís de Bogotá, impulsamos a nuestros jóvenes para que, desde muy pequeños desarrollen el sentido de pertenencia y se preocupen por buscar soluciones reales para hacer de este país un lugar mejor, jóvenes con un propósito definido que saben exactamente, qué quieren y hacia dónde van. En el Colegio Franciscano del Virrey Solís de Bogotá, formamos niños y jóvenes felices, con las herramientas necesarias para ser líderes, emprendedores de Paz y Bien, con ideales propios en los cuales trabajan honestamente e incluso entienden que existe una variedad de opinión que les ayudará a crear país e impulsarlo hacia el desarrollo completo.

Por: Dayanna Niño Durán
Directora de mercadeo y admisiones